“Los mercenarios 2″: Músculos de leyenda.
Barney Ross (Sylvester Stallone), Lee Christmas (Jason Statham), Yin Yang (Jet Li), Gunner Jensen (Dolph Lundgren), Toll Road (Randy Couture) y Hale Caesar (Terry Crews), junto a dos nuevas incorporaciones, el joven Billy (Liam Hemsworth) y Maggie (Yu Nan) reciben un encargo del señor Church (Bruce Willis), aparentemente un trabajo fácil. Sin embargo, todo se tuerce y un miembro del grupo es brutalmente asesinado. El resto, por supuesto, busca venganza aunque ésta implique ingentes daños colaterales, al tiempo que trata de desarmar un maligno plan urdido por Jean Vilain (Jean-Claude Van Damme) capaz de cambiar el equilibrio del mundo.
“Los mercenarios 2″ (ver tráiler) llega dos años después de “Los mercenarios” (Stallone, 2010), suerte de revival ochentero que reunió a las grandes estrellas de acción de esa década por iniciativa de Stallone. Aquella buena idea alcanzó los 224 millones de dólares en su recaudación global y hacía intuir una secuela o incluso una probable saga basada en el músculo, la testosterona y la pirotecnia sin complejos. Ahora, llega esa primera continuación que insiste en el empeño de reunir a tantos action hero como sea posible, que introduce sangre fresca junto a nuevos veteranos y que está orquestada por un nuevo director que reemplaza a Stallone tras la cámara.
Ese realizador es Simon West, cineasta curtido en el género que debutara bajo el padrinazgo de Jerry Bruckheimer en la estimable “Con Air (Convictos en el aire)” (1997). Tras esta, West firmó las menos interesantes “La hija del general” (1999) y “Lara Croft: Tomb Raider” (2001) antes de cambiar la gran pantalla por la pequeña y dedicarse a trabajos televisivos que alternaría con dos cintas que tuvieron poca o ninguna repercusión, “Cuando llama un extraño” (2006) y “Purple mountain” (2008). En 2011, sin embargo, volvió al género dirigiendo a Jason Statham en la efectiva “The mechanic”, remake de la bronsoniana “Friamente… sin motivos personales” (Michael Winner, 1972). A la espera de que se estrene “Contrarreloj” (2012), con Nicolas Cage como estrella, “Los mercenarios 2″ supone una buena oportunidad para confirmar su estado de forma.
Para la ocasión, el grupo salvaje no sólo se mantiene intacto en sus componentes nucleares sino que además se amplia. A los ya presentes en la primera parte Schwarzenegger, Stallone, Willis, Statham, Couture, Crews, Li y Lundgren, se suman en esta segunda dos jóvenes rostros y dos nombres legendarios para no pocos seguidores del cine de acción y las artes marciales. Los dos primeros son Liam Hemsworth (“Los Juegos del Hambre”) —hermano pequeño del prominente Chris Hemsworth y evidente reclamo adolescente/juvenil— y Yu Nan (“Speed Racer”). Los otros son dos actores prácticamente desahuciados del cine cuya inclusión puede ser celebrada como uno de los grandes alicientes de la propuesta: tras someterse a una descarnada autoparodia en las manos de Mabrouk El Mechri en “JCVD” (2008) y volver a una de sus sagas de más éxito en “Soldado Universal: Regeneración” (2009), Jean-Claude Van Damme hace las veces de villano; y tras siete años sin pisar un plató de cine, Chuck Norris se convierte en aliado de esos mercenarios con un personaje llamado Booker, guiño al protagonista de “Los valientes visten de negro” (Ted Post, 1978). Stallone, líder del grupo en la ficción y maestro de ceremonias, habla así de sendas incorporaciones: «Es como si sacaras a dos tipos de su retiro y dijeras: ‘vamos a ver de una vez por todas de qué pasta están hechos realmente». A la lista hay que añadir el nombre de Scott Adkins (“El ultimátum de Bourne”), que interpreta al principal esbirro de Vilain.
El propio Stallone explica que la inspiración inicial para llevar a cabo esa reunión extraordinaria de tipos duros, se hallaba en títulos como “Doce del patíbulo” (Robert Aldrich, 1967), “Grupo salvaje” (Sam Peckinpah, 1969) y “Los perros de la guerra” (John Irvin, 1980): «Estos tipos evocan unos tiempos en los que nuestros héroes eran de carne y hueso», asegura. «No tenían más capacidades extraordinarias que el deseo de sobrevivir y, sobre todo, de alcanzar la victoria, aunque fuera a costa de sus propias vidas. Eso es algo con lo que nos podemos identificar. Se trata de seres humanos que ayudan a otros seres humanos necesitados».
“Los mercenarios 2″ se rodó a caballo entre tres grandes localizaciones: Bulgaria, Hong Kong y Nueva Orleans. En el país de los Balcanes se rodó en pintorescas aldeas, bosques, lagos y en enormes cuevas, en una de las cuales se filmó la escena en la que los protagonistas realizan un aterrizaje suicida en el interior de una caverna. También se aprovecharon los estudios de cine Nu Boyana, cerca de Sofía, prácticamente abandonados desde la caída del muro de Berlín y el fin del bloque soviético. Al terminar la producción en Bulgaria, el equipo dejó un puente construido sobre el río Osam, como infraestructura permanente y regalo para lugareños y turistas.
«Una cosa es segura: no volveremos a ver jamás algo así. Todos en esta película han tenido una carrera estelar y poder juntarnos a todos a la vez es un pequeño milagro. No había pasado nunca y nunca volverá a pasar». Con esas palabras, Stallone, alma del proyecto, define esta colección de héroes que se reúnen para fraguar una de las grandes producciones de acción del año, la cual en su primer fin de semana ya ha conseguido alcanzar el número 1 de la taquilla estadounidense.